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domingo, 10 de diciembre de 2017

Tema 3. Los niveles de referencia del aprendizaje de lenguas y el desarrollo de competencias. El trabajo por proyectos.

En la concepción moderna de la escuela se han ido modificando las prácticas docentes poco a poco. Afortunadamente, se han podido ir cambiando los métodos tradicionales como cambiando la visión del “la letra con sangre entra” a una mucho más creativa, profesional y efectiva. Desde la función docente, es cierto que se ha incrementado tanto el nivel de exigencia como el de trabajo personal puesto que los nuevos métodos exigen un alto nivel de implicación. Uno de las prácticas más desarrolladas es el trabajo por proyectos. Consiste en planificar, gestionar y hacer efectiva una idea de trabajo en la que todos los estudiantes participen de una forma colaborativa. Los beneficios de esta práctica son numerosos. Primeramente, desde el punto de vista del alumno, la propia concepción del trabajo aumenta su motivación por hacerlo. Al consistir en un resultado final común cada uno de ellos aporta sus propias ideas para hacerlo un poquito mejor y consigue que se sientan parte del proyecto. Del mismo modo, la estructura da pie a que se apoyen los unos en los otros para así seguir una idea común dejando así cabida para prestar ayuda o pedirla. Desde el punto de vista del docente existen algunas puntualizaciones. Como ya he dicho antes, la organización, desarrollo y ejecución del trabajo tiene un nivel de exigencia e implicación muy alto y por ello todos estos factores se ven afectados por el papel del profesor. Es una gran responsabilidad y al mismo tiempo una gran recompensa. Existen bastantes ejemplos de trabajo por proyectos y es casi natural que tengan una buena acogida de entre todos los implicados.
         Para nuestra aula de lenguas extranjeras vamos a desarrollar un proyecto cuyo resultado final resulte ser un periódico. Me parece una idea muy interesante porque en él se pueden incluir muchos otros sub-proyectos. Además la temática a tratar puede ser escogida por los propios alumnos, hay múltiples labores a desarrollar dependiendo de los gustos y de los intereses del propio alumno y se da a unirse con otras materias desarrollando un trabajo interdisciplinar. Además, las competencias a desarrollar son muy variadas y muy importantes en el futuro del estudiante como puede ser el trabajo en equipo, las competencias comunicativas, el uso de las tecnologías, etc.

         Para la organización de este jornal es importante que la clase cree unos departamentos por grupos que simulen el conjunto de una imprenta. Es decir, habrá un departamento editorial, departamento periodístico, departamento de diseño y un departamento comercial. El departamento editorial será el encargado de valorar y escoger los artículos y entrevistas, así como constatar los plazos de entrega y organizar la coordinación entre los departamentos. El periodístico es donde se sitúan los escritores y fotógrafos que después de las reuniones generales procederán a hacer entrevistas, artículos y demás. En el departamento de diseño será en encargado de manejar los programas informáticos para la concepción física del jornal y el departamento comercial debe buscar sponsors, preguntar precios y conocer los lugares donde el periódico sería mejor acogido. Obviamente se dejaría a cargo de los estudiantes elegir el departamento al que pertenezcan siempre supervisando las buenas prácticas de los mismos. En primer lugar sería importante hacer una reunión de todos los departamentos (con su portavoz) para acordar los temas y las fechas de la edición.
         La evaluación de este proyecto se enmarca en una visión y valoración tanto dependiente del resultado final como de todo el proceso. Mediante una rúbrica de evaluación se evaluará el resultado final en el que se contienen los objetivos alcanzados por cada uno de los alumnos en particular dentro del grupo y del departamento al que pertenezca. Para que esta evaluación sea lo más realista posible, es tarea del profesor supervisar todo el procedimiento, es decir, no solo basta con evaluar el resultado final puesto que al tratarse de un proyecto grupal en ese resultado final habrá un todo heterogéneo. Además, una vez finalizado el proyecto es necesario hacer un debate/coloquio sobre cómo han vivido la experiencia desde el papel del alumnado para así corregir o potenciar algunas fases en el proceso.
         En conclusión, considero que el trabajo por proyectos es una muy buena práctica para la clase, sobre todo en la adolescencia. En esta etapa caracterizada por el desarrollo tanto físico como psicológico de los estudiantes, la importancia que se da a los contenidos debe ser complementaria a las competencias a desarrollar. Realmente, en el gran paso de adolescente adulto se mide por la madurez y no por la cantidad de contenidos que hayas asimilado. Esta madurez propia de la edad adulta se alcanza con la puesta en marcha de las denominadas competencias. Los trabajos por proyectos ayudan el desarrollo de estas competencias y la potenciación del crecimiento colectivo. Y es que, ¿De qué vale que aprendan mucho sobre una asignatura si no aprenden lo más importante, que es crecer?

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