En esta primera clase hemos tratado un tema tan denso
como el diseño curricular de una forma bastante amena. En primer lugar,
considero que tanto yo como el resto de mis compañeros nos sorprendimos de lo
poco que podíamos llegar a saber. En la actualidad, el currículo es una de las
partes más importantes en el sistema educativo (visto desde el punto de vista
formal) y por ello es importante que a través de éste máster que ante todo es
habilitante, alcancemos un buen uso y conocimiento del currículo.
Sin
embargo, es lógico que se trate de una de las partes más densas y menos atractivas
y por eso en esta clase y a través de kahoot! me pareció que lo trabajamos de
una forma bastante ligera. Los grados de concreción curricular son los que
marcan los puntos de inflexión entre a quién le compete qué parte en las
decisiones educativas. Es de suponer que los grados menos concretos son
competencia de la zona más “alejada” (el gobierno y el ministerio) y a medida
que se va pasando por los gobiernos autónomos y los centros educativos se va
cerrando el abanico de elección hasta que termina en la figura del docente.
Personalmente,
considero que la burocracia de alguna manera hace que la ejecución del profesor
se vea limitada. Es decir, el docente tiene que limitar su trabajo a unas bases
premeditadas. Esto tiene su parte positiva y su parte negativa. Positivamente,
es una buena forma de hacer que todos los docentes sepan exactamente qué deben
exigir y qué estándares, contenidos, evaluaciones y demás deben seguir en el
aula. Por otro lado, es un método de control desde el gobierno central para
conocer si realmente todos los docentes se adecúan a lo señalado.
Negativamente, debemos entender que la contextualización y características de
cada centro son totalmente distintas y de esta forma no se tienen en cuenta
esas peculiaridades propias de cada grupo de estudiantes.
Por otro
lado, en el currículo se presentan las competencias que los alumnos deben
adquirir en su aprendizaje. Personalmente me parece que forman parte del avance
hacia el cual me gustaría que la educación se dirigiese. Desde una perspectiva
formal, la evolución y crecimiento de los estudiantes no depende de la cantidad
de contenidos que hayan memorizado, asunto que por desgracia se tiene demasiado
en cuenta. Para mí hay estudiantes con un alto grado de desarrollo psicológico
que siguen sin alcanzar los topes de esa memorización pero que objetivamente
han alcanzado lo que la escuela pretende inculcarles que es la madurez. Las
competencias hacen ver a los docentes que no es todo memorización y
conocimiento sino que la escuela es un proceso de paso de niño a adulto en el que están
implicados muchísimos otros aspectos.
Volviendo
un poco al tema de la concreción curricular, podríamos decir que los distintos
organismos se reparten el trabajo de tomar decisiones cara al resultado final.
Sin embargo, en la representación de responsabilidades de estas decisiones la
mayoría de las veces cae todo el peso recae en el profesor siendo el máximo
responsable del fracaso/éxito. La carga horaria por ejemplo, es un tema
prácticamente ajeno a él y al cual tiene que adecuarse limitando de alguna
forma su actividad docente. Los contenidos estipulados previamente, las
metodologías, las evaluaciones… Todas estas pequeñas puntualizaciones van
modificando el papel docente de manera que muchas veces su trabajo acaba
volviéndose monótono y poco efectivo por culpa de las exigencias externas que
aumentan la carga de trabajo de los profesores en cuanto a las actividades que preparan.
En
conclusión podríamos decir que el papel del currículo se encuentra aún en una
fase de desarrollo. Considero que es una buena manera de control y “guía” para
el profesorado pero hay muchas cosas que mejorar y adaptar. Podríamos decir que
la educación se encuentra en el camino correcto pero que hay muchas cosas que
no la dejan seguir avanzando cara a la verdadera educación del futuro.
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